Colección “Grandes Pensadores” o cómo banalizar el pensamiento.

Por:  Antonio Kröeger


Hace unas semanas apareció la colección “Grandes Pensadores” de la editorial Gredos (que desde hace algunos años pertenece a la editorial RBA) en motivo a su aniversario número setenta, donde se tratan de recoger los textos más importantes de algunos de los filósofos más importantes de la historia, empezando desde Platón hasta Wittgenstein cronológicamente hablando.

Lo curioso de esta colección es que está siendo vendida en los puestos de periódicos (al parecer en todo el país). Esta es una especie de reimpresión de otra colección que se llama “Biblioteca de Grandes Pensadores”, que es diez veces más cara pero obviamente de una “calidad superior” en cuanto al empastado y tipos de hojas, creo que sólo en eso porque por lo que he podido comparar es lo mismo pero en más tomos en la mayoría de los casos. Las traducciones son las mismas y también las obras que se manejan, salvo algunas excepciones donde sí se les agrega contenido por ser una nueva edición, pero dejando de lado las especificaciones de la mencionada colección lo que es en verdad destacable es como el público ha reaccionado ante ella.

En un país que es considerado de incultos e ignorantes, de personas que no son capaces de leer más de dos libros al año, se están vendiendo los libros como pan calientes (y hasta mejor que esto), el limitado tiraje no ha sido capaz de satisfacer a los consumidores a tal grado que se ha vuelto una verdadera caza del tesoro: se han creado infinidad de grupos en las redes sociales sobre dichos libros; la gente pasa días buscando un tomo y cuando tiene la oportunidad compra más de uno para poder intercambiarlo por algún otro que se le pudo pasar o tratar de asegurar el siguiente; obviamente no podían faltar los revendedores que han visto la oportunidad de hacer negocio y vender los que han obtenido en al menos un cincuenta por ciento más de su precio original; la misma empresa subió el costo que ya estaba acordado para toda la colección; y lo más curioso que ha surgido han sido peticiones virtuales para que “se busque solucionar la escases”. El impacto que ha tenido la colección en México ha dado lugar a infinidad de memes, a varios pleitos y hasta a la cacería de brujas o revendedores a los cuales satanizan por querer “lucrar con la cultura”. Cabe destacar que esta colección antes que nada apareció en España, país casa de la editorial, y se trató de distribuir en otros países hispanoparlantes entre los que destaca el eterno rival cultural de nuestro bello y decadente país: Argentina; lo curioso de esto es que parece que en ninguno de los países ni en la propia España pudo brillar esta colección de libros, más que eso, parece que fue considerada hasta como fracaso comercial por lo mal que fue recibida, por esto mismo a este país no se enviaron más que algunos tomos sin la intención de traer más, y mucho menos la idea de que fuese a ser todo un acontecimiento. A mi parecer esto llego no sólo a alegrar a los empresarios sino también hasta asustarlos por la sumamente inesperada sorpresa.

¿A qué es lo que quiero llegar con todo esto? Es muy sencillo, ¿por qué paso todo esto? ¿Acaso el país se quiere reformar y ser visto de una manera menos degradante? ¿Acaso el mexicano está empezando a leer, y más que eso, a interesarse por la filosofía y el pensamiento? ¿la filosofía ya tiene un lugar de presencia en el pueblo? ¿ya estamos por encima de los otros países de habla hispana en cuanto a la cultura y la sed del saber? La respuesta a mi parecer damas y caballeros es que no, que lo que pasa está muy alejado de ese sueño guajiro de la cultura; lo que realmente ocurre es que es un país de fetichistas, revendedores y de pobres. Bienvenidos a México, su país.

Hace muchos años, en un seminario sobre estética, un compañero compartió una experiencia de cuando trabajo en una librería de viejo, el cuento iba más o menos así: Un día llego una señora a encargar una enciclopedia completa, parece que una en específico que estaba muy completa, y por lo mismo está era costosa, el problema es que dicha enciclopedia no la tenían en el local pero si en otra sucursal, que si no tenía problema la distinguida dama se la podían traer al día siguiente sin ningún costo extra (puede que les suene extraño pero hasta a mí me han tocado ocasiones en que me proponen lo mismo cuando el libro que busco lo tienen en otra de las librerías de la misma “empresa”), la señora acepto y todo quedo para que en la tarde siguiente sólo fuera a recoger y pagar su enciclopedia; cuando llego la clienta al local le mostraron su nueva adquisición como se estaba dicho y ya sólo era cuestión de cerrar la venta con el intercambio del dinero por el producto pero la señora al ver la pasta de los libros muy indignada la regreso y se quejó de que no le servía porque no combinaba con un nuevo estante que había comprado y para el cual había pensado adornar con los tomos que había pedido. La señora en cuestión sólo tenía como objetivo adornar su casa, hacerla más elegante al poder mostrar un mueble repleto de libros que aparte de todo hicieran juego con éste y ¿por qué no? Con las cortinas y algún reloj antiguo que pudo haber comprado un domingo en el tianguis de antigüedades de la Lagunilla (nos daremos el lujo de especular y darle brillo a nuestra historia).

La primera impresión que tuve de este relato fue de una carcajada por lo absurda que era la situación, no se me hacía descabellado pero sí sumamente irreal, mas luego pensando a fondo es algo de lo que debemos estar más que acostumbrados, pues si nos ponemos a observar bien esa idea de los libros como adorno está en cantidad de publicidad, podemos verlo en tiendas de ropa y, claro, en mueblerías, todos tan perfectamente combinados que pasan de nuestra percepción inadvertidos. El verdadero punto de este relato es dar a entender que muchos de los que compran la colección lo hacen por el mismo motivo de la señora, para que se vean bien en algún lado, sino fuese así no me explico porque los que se desesperan se desasen de los ya conseguidos o porque se empeñan en tenerlos todos. Cada tomo tiene solamente obras completas, están mochados y con la continuación en el próximo tomo del autor, y no sólo eso, hasta ahora cada tomo tiene al menos 3 textos, ¿qué pasa entonces? ¿no era la cultura y la sed de saber lo que los motivaba a adquirirlos? Parece que no, sólo es parte de la moda de seudo-intelectualidad que azota a la sociedad, que al verse sin esperanza de poder tener completo el cofre del tesoro optan por deshacerse de lo poco que ya han podido tomar, ni siquiera puedo creer que a una persona realmente interesada le pudieran ser todos los autores igual de indispensables para hacer el gasto de los cincuenta tomos.

Pero no sólo es la necesidad de tener todos los libros en la misma edición lo que motiva a muchos a comprarlos sino el renombre de la editorial, como ya había mencionado la colección es de la editorial española Gredos, famosa por tener excelentes traducciones para los autores en griego y en latín, en otras palabras, en los autores clásicos, son verdaderas joyas para estudiantes tanto de letras clásicas como filosofía, pero en otras lenguas no es tan superior, y aunque no dejan de tener buen merito, hay muchas editoriales que tienen o la misma traducción o aún mejores, hablamos de alemán, francés, inglés, y demás lenguas más modernas. Ambas cuestiones anteriores solamente obedecen a una idea fetichista de los libros, se batalla con el lema “todo o nada” y se va cargando con la idea de “si no es en esos no vale la pena con otros”.

Pasando a la segunda cuestión, los revendedores; no hay gran cosa que decir, basta con recordar la historia de Tales de Mileto, que cuando pronostico una época prospera para el olivo, se hizo de los medios y los terrenos para poder monopolizar el mercado del aceite y así juntar su fortuna (y dicen que los pensadores no se pueden hacer ricos); si los mismos maestros aplicaron su conocimiento sobre la oportunidad para poder enriquecerse ¿por qué se sataniza la práctica del acaparador que luego revende el producto a precios mayores? El único problema es cuando se meten directamente con sobrepasar por mucho el valor a la calidad que ofrecen, pero ahí también es culpa del comprador que sabiendo completamente la calidad del producto así como su precio real adquiere el objeto o servicio en cuestión; “hay días tontos y tontos todos los días” dice el refrán. Recordemos que esta no es la primera ni la última colección de libros, lo propio lo hizo ya la editorial argentina Aguilar y como esos libros ya son de tiempo atrás nadie se queja del valor que tienen ahora, libros que yo no pienso hayan costado más de cien pesos de la época por tomo ahora fácilmente se pueden comerciar en hasta mil pesos cuatro tomos o en el caso de las Mil y una noches hasta en cuatro mil los tres tomos. Mas hay que comprender que siempre habrá dos tipos de revendedores, estos que luchan con objetos que no son de primera necesidad y los que sí lucran con objetos de esa índole, por más que le pueda doler a cualquiera, no, no están abusando de la necesidad porque bien se puede vivir sin algunos de los tomos de la colección.

La idea de “jugar con la necesidad” me lleva al tercer y último punto: la pobreza. Si bien vengo diciendo que en primer lugar la acaparación del producto se ha dado por el fetiche a los libros como por el negocio que esto representa, la tercera sí va de la mano con la necesidad; si bien existen las bibliotecas no hay como poder tener un libro que ocupas en tu casa y sin la presión de regresarlo, o por otro lado que hay muchas más ediciones pero qué mejor gastar por uno sólo lo que sería de tres por la cantidad de textos por volumen, aún cuando no sea la mejor edición, no es tampoco mala y es usable en tesis o trabajos semestrales, por lo tanto es una muy buena idea comprar la colección. Entonces ¿esta no tiene contras ni matices? ¿tan sólo acabará en qué lo idea es que sólo los de menos recursos los adquieran? Pues sí, más o menos; hasta ahora todo este texto solamente es un ejemplo para lo que es lo verdaderamente importante: ¿cómo nos está llegando la cultura al pueblo? ¿esta parejo o hay quién tiene ventajas? Evidentemente no es parejo y tristemente mucho de lo que se puede dar llega a quienes no les da importancia, sólo es un accesorio ya sea físico o mental, cuando los empresarios pensaron en sacar esta colección no fue por llevar los textos a la mayoría, a los que no podían darse el lujo de comprar los de mil trecientos, fue como estrategia de mercado para subir ventas, tal vez para pasar un mal rato en el negocio o simplemente para llenar bolsillos, por eso mismo los libros no llegan a las sierras o selvas, no se negocian con las escuelas para crear o reabastecer las bibliotecas, no se donan a las escuelas de enseñanza medio superior o superior rurales de los países a los que pude llegar, tan sólo llega a las manos de los que por sus medios pueden adquirirlos sea por ocio o por verdadera vocación o interés.

A la sociedad se nos ha enseñado que la cultura no es un derecho sino un lujo, una piedra preciosa que sólo sirve para mostrar y presumir; que no es para todos y llegar a ella por sacrificio es una pérdida de esfuerzo y dinero, que para tales personas más vale invertir en placeres ocasionales y gustos banales, que su uso es meramente disfrutarla como un vicio más. Y es que sí, la cultura es un arma de doble filo que por un lado te concientiza de todo y por el otro puede volver egoísta y antipático; pero al final siempre se tiende a la indiferencia, se desemboca en la indiferencia.

Tratemos de no quedarnos con esta idea, es difícil compartir el conocimiento y las herramientas para llegar a este, pero sólo de esta manera se vuelve generador y no sólo ornamento. No se trata de concientizar sino de ayudar a otros a que puedan tener la forma de crear sus propios juicios, darle a otros la oportunidad de cambiar sin imposiciones, de darle un uso correcto a la cultura y al conocimiento en general. Al fin y acabo se ocupa de todos para no tener que volver a caer al hoyo donde estamos todos.

Comentarios

  1. Muy buen articulo, me puso a reflexionar. Gracias

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  2. ¿Desasen? Críticas con tanto ahínco la acultura mexicana y escribes así...

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    1. No es la única falta ortográfica, hay varias. El mensaje a pesar de ello es bueno.

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    2. El autor del texto, Antonio Kroeger (posible alusión a la noveleta de Thomas Mann, Tonio Kröger), tan pronto como en el segundo párrafo comienza con su error más reiterado del texto y con el que se delata fácilmente. Tiene una imperante necesidad de tratar a los humanos como colectivos, grupos, masas amorfas carentes de individualidad. Ciertamente la gente en México en PROMEDIO, lee poco, pero eso no significa que en un país de más de 100 millones de personas no habrá una gran cantidad de personas que sí leen. En especial en un país tan desigual.

      "¿A qué es lo que quiero llegar con todo esto? Es muy sencillo, ¿por qué paso todo esto? ¿Acaso el país se quiere reformar y ser visto de una manera menos degradante? ¿Acaso el mexicano está empezando a leer, y más que eso, a interesarse por la filosofía y el pensamiento?"

      No señor con el seudónimo Antonio Kröger, eso no significa nada de eso, ni tampoco la conclusión que sacas más adelante que es mera banalidad y gesticulación. Nuevamente, en un país de más de 100 millones, es más que esperado que haya una cantidad de personas interesadas por determinado producto, aunque en promedio ese tipo de productos no sea tan demandado.

      Luego, narra una anécdota que le contaron. Si bien no imposible, bastante inverosímil. No vale la pena enumerar las razones por la que no es creíble...

      Quiere desdeñar lo estético a favor de lo meramente funcional, como si el libro no tuviera valor alguno como objeto. Creo que la mayoría, sino es que prácticamente todos, valoramos más un libro en buen estado, que un libro maltratado aunque sea igualmente legible,

      Cuando toca el tema de los revendedores, hace gala de su incomprensión de economía. Digamos que en un pueblo hay una gran demanda de algún producto que debe ser abastecido de alguna otra parte. El que suban los precios es algo natural aunque pueda inicialmente parecer injusto. Por un lado, eso significa que sólo lo comprarán los que realmente lo necesiten. Claro, con justa razón me pueden decir que pueden ser los que tienen más recursos y no lo necesiten tanto quienes también lo compren. Cierto, pero a eso vamos a un segundo punto. Digamos que gana algún socialista la alcaldía de ese pueblo y prohíba que se le aumente el precio al producto. Lo que ocurre entonces, es que va a haber una disputa para ver quienes se lo quedan, la carestía pues, no se ha solucionado. Si por el contrario, se permite el aumento de precio, entonces hay un incentivo para quienes lo abastecen, de llevar más producto. A la larga, eso significa que puede haber competencia y los precios nuevamente van a bajar. Tal vez hasta puedan poner una fábrica en el pueblo, por ejemplo.

      A final de cuentas, la verdadera banalización de la cultura lo hace él. No sólo eso, su discurso es elitista. Que bueno, para quienes les gustan estos productos que haya tanta demanda, eso en un futuro se puede traducir en una mayor diversidad de productos y a mejores precios. Pues ya no será un lujo que sólo elitistas como el autor del texto puedan aspirar.

      Conclusión: es otro simple chairo de inclinaciones socialistas o comunistas, con aires de grandeza, pseudointelectual y que posiblemente estudia letras alemanas. Puedo apostar dinero a eso. Ah, eso, y de que es feo.

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    3. Buen trabajo al notar las faltas de ortografía; era una prueba, la pasaste. :)

      Ya en serio, gracias por su retroalimentación. Con sus comentarios nos ayudan a mejorar para ofrecerles una mejor calidad en nuestros contenidos.

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    4. Querido gmg (posible alusión a gran masturbador de gala): primero, gracias por tu comentario algunas cosas que escribiste fueron de provecho para enriquecer la opinión del autor; segundo, la conclusión "es otro simple chairo de inclinaciones socialistas o comunistas" no se sigue de lo que dijiste; y tercero, claro que es feo, todos los que escribimos en este blog somos feos, pero eso qué tiene que ver.

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  3. Es un verdadero desperdicio a la vista tu "artículo". El que se da el lujo de especular eres tú, no hay necesidad escribir en plural. Muy mala historia con una pésima redacción. Tú sí compra los libros, te hacen mucha falta...

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  4. Tú lo has dicho, viejo, es una colección. Las colecciones tienen un valor agregado al estar completas, así que sí hay fetichismo, como en todas las colecciones. Por otro lado, ni Gredos ni RBA pertenecen o están subsidiadas por el estado, y dado que vivimos en una sociedad capitalista, es lógico que lo que buscan es vender. No hay ciencia, ni misterios en ello. Si usted quiere que los libros lleguen a todos, tóquele el timbre a la SEP y exija un proyecto como el de Vasconcelos, para llevar los libros a la población.

    Además, olvidaste que en México hay muchos estudiantes y profesionistas de humanidades que por los pocos ingresos que tienen, deben conformarse con editoriales como Tomo, EMU o Porrúa. Considera que pagar unos $150 por un libro pasta dura, con una traducción decente (por lo menos) y que contenga 2 o 4 obras, es una oferta excelente. A mi facultad la colección le sentó muy bien, probaron qué hay más allá de Tomo.

    Así que, amigo, está usted descubriendo el fuego.

    Saludos.

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  5. Eres una vergüenza para las humanidades. Te deshaces en especulaciones a partir de tu experiencia personalísima. Cómprate los libros, te hacen mucha falta.

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  6. Verdaderamente PATETICA la investigación.

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  7. SIN FUENTES, SIN ENTREVISTAS A LOS RESPONSABLES DE LA EDITORIAL GREDOS, SIN UN MEDIDOR REAL DE VENTAS, ESTE ARTÍCULO CARECE DE TODO PARA SER CONSIDERADO EN SERIO.

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  8. Pues he leído todo el articulo y me parece que se le pueden rescatar algunos puntos a mi parecer; La calidad de las traducciones, es cierto que gredos destaca en traducciones de los clasicos y de los demás no tanto, por ejemplo alemán, de cierto modo me despierta sospecha de que solo intentan aprovechar y recuperar algo del dinero que no pudieron recibir por estas traducciones "no tan malas". Por otra parte noto que muchas traducciones nisiquiera son de la propia editorial sino que son traducciones cedidas por otras que realmente dan lastima, como por ejemplo la editorial EDAF, dios lo feo que sentí cuando me di cuenta de esto... :/ bueno por lo menos podemos resignarnos con tener los tomos de los autores clásicos en la bolsa ¿no?

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  9. No soy un experto en filosofía, ni muchísimo menos, pero quiero aprender algo y una colección donde cada libro en Argentina va a salir algo de 10 u$d, creo que no es para desperdiciarla. Además coincido que, al ser estéticamente lindos, a los que nos gusta el libro, además de como vehículo de cultura, como "objeto", el ir todos los domingos a la mañana al kiosko y venir con ese pequeño tesoro en la mano, es una linda experiencia ¿por qué evitarla?

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  10. DIGANLE AL AUTOR QUE YA SE PUEDE AHOGAR EN SU VENENO...EN MÉXICO SE VENDEN 50 MIL EJEMPLARES A LA SEMANA Y YA HAY MERCADO NEGRO POR EL ACAPARAMIENTO.

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