Nosferatu o el vampiro

Autor: Hugo Merino López

Nosferatu: una sinfonía de horror. Es una película muda del año 1922. Dirigida por Friedrich Wilhelm Murnau, y con Max Schreck en el papel de Nosferatu. Esta película es la primera adaptación al cine de Drácula, la novela de Bram Stoker, pero, debido a que el director no se pudo hacer de los derechos de la novela, se cambian ligeramente la trama y los nombres de los personajes, en este caso el vampiro se llama "el conde Orlok". El resto del contexto, cualquiera podrá consultarlos en Wikipedia. La película empieza con la lectura del Registro sobre la gran mortandad en Wisborg, anno Domini 1838, que relata lo siguiente:


"Nosferatu. Quizás la palabra no te suene como el grito nocturno de un pájaro de mal agüero. Pero guárdate de pronunciarla o las imágenes de la vida se desvanecerán en las sombras, sueños espectrales saldrán de tu corazón y se alimentaran de tu sangre. He reflexionado durante mucho tiempo sobre el principio y fin de la gran mortandad en mi ciudad natal, Wisborg. Aquí está su historia: vivían en Wisborg Hutter y su esposa Ellen."


La primera escena de la película es de paz y armonía, la música es como para que brinquemos de alegría tomados de las manos. Un día perfecto, una atmosfera en la que Hutter y Ellen disfrutan de un día hermoso, juguetean y se abrazan con ternura. La escena cambia: es Hutter, caminando por la calle hacia su trabajo, quitándose el sombrero, saluda a un anciano, pero este lo detiene y le dice "¡No corra tanto, joven amigo! ¡Nadie escapa a su destino!", Hutter sigue su camino, fin de la escena.

El jefe de Hutter es un misterioso agente inmobiliario, Knock, sobre el que corren muchos rumores. El señor Knock es un hombre regordete, calvo, con enormes cejas y con una risa maliciosa. Recibe una carta llena de garabatos y sellos, parecidos a los que haría un endemoniado niño, pero comprensibles a los ojos de Knock, quien levanta la mirada de la carta y riendo maliciosamente grita a Hutter, éste y un empleado son tomados por sorpresa por el grito y Hutter acude inmediatamente. Ahí le informa que el Conde Orlok de Transilvania quiere comprar una casa en su ciudad, Wisborg. Knock le explica que es una oportunidad de obtener mucho dinero por poco esfuerzo, lo seduce a aceptar el encargo, como si no bastara con ordenárselo, pero afirma que le costará solo un poco de sudor y tal vez, un poco de sangre.

Hutter lleno de júbilo regresa a casa, pero la esposa, Ellen, desde que Hutter le da la noticia de su partida a Transilvania, cambia inmediatamente de expresión y se queda absorta, como sin palabras. De inmediato, nos damos cuenta que "la buena nueva", se convierte en mala noticia y presagio de un mal venidero.

Hutter, llega a su destino e ingresa a una taberna, y al mencionar su intensión de encontrarse con el Conde Orlok, provoca expresiones de pánico a todos los presentes, lo que lleva a una expresión de extrañeza de su parte; el tabernero, lo disuade de continuar su camino en la mañana siguiente. Escenas de caballos ahuyentados por una hiena, simbolizan el mal al que se aproxima. En la taberna encuentra un libro que lleva por título "De espíritus aterrorizados por vampiros, sortilegios y los siete pecados capitales"; burlándose nerviosamente, lo arrumba en la cama, no sabe que lo llevará consigo hasta el castillo del Conde Orlok.

En la película, no hay sonido más que el de piano y órgano que ambienta cada escena; los gestos, la atmosfera y la música de fondo es todo lo que tienes frente a la pantalla la mayor parte del tiempo, y esto por sí mismo te indica todo. Hay algunas escenas en las que la visión de la cámara es un círculo, es como si estuvieras observando a los actores a través de un agujero en la pared, sin sonido, sólo observas. Así debió sentirse la gente al mirar la película, cuando la experiencia de ver algo a través de una pantalla era en sí misma una novedad.

Todas las escenas terroríficas son un juego de sombras, como una pintura oscura y tenebrosa. Especialmente tenebrosa es la escena en que Hutter, al descubrir que el Conde Orlok es un vampiro, abre la puerta de su habitación y lo ve parado en el pasillo, mirándolo fijamente, como un animal que fija a su presa con la vista; Hutter muestra una expresión de horror, quiere huir por la ventana, pero ésta mira hacia un despeñadero, sin salida e incapaz de defenderse, se tumba en la cama desviando la mirada de la puerta, no desea ver nada de lo que le ocurrirá. La vista de la cámara tiene forma de círculo, enfoca la puerta de la habitación, de frente, y la puerta se abre sola, ¡ahí está Nosferatu! quien camina lentamente hacia la entrada, con la vista al frente, mirando directamente hacia ti para después desviar la mirada hacia Hutter. Al principio, es como si miraras al vampiro escondido detrás de alguna puerta, mirando desde un agujero y con el peligro latente de que descubra tu mirada y se dirija hacia ti. Cada escena del vampiro acaba en un afortunado alivio para el espectador, ya que no hay peligro de que te descubra frente a la pantalla, porque está ocupado en alguien más.

En este tipo de escenas, la pantalla ofrece cierta seguridad al espectador; hay un no sé qué en los ojos de Nosferatu, que al mirar directamente a la cámara y tu mirarlo directamente a los ojos parece estarte viendo realmente desde detrás de la pantalla; a cada momento que se acerca, da la impresión de que sabe que estás ahí, que ha encontrado tu escondrijo y puede verte detrás del agujero de la pared, que saldrá de la pantalla y llegará a ti.

El vampiro en sí, no tiene apariencia de seductor, no atrae físicamente, no es una persona; desde la primera vez que lo ves te das cuenta que es un ser extraño, un monstruo. Es un vampiro que no dice nada, sólo te mira. La escena en que el profesor explica a sus alumnos la naturaleza de la planta carnívora, simboliza el papel que juega el vampiro en todo esto: Es un cazador nocturno, acecha a su presa y nada lo detendrá hasta llegar a ella.

Por lo cual, hay un personaje que es muy importante en la película, para que Nosferatu se exprese como el monstruo que es. Ellen, ella es la presa, ni su esposo, ni algún otro; ella es la presa, ¿y por qué razón? si estaba a kilómetros de distancia, por un infortunio: una fotografía que Hutter llevaba consigo. Este personaje es vital, porque el espectador, quiera o no quiera, simpatiza con Ellen; y si esto no te sucede, no podrás sentir el terror de que el vampiro vaya por ti. A pesar de que el vampiro no seduce físicamente, actúa como una fuerza de la naturaleza, que, a kilómetros de distancia, atrae a su víctima, haciendo que la voluntad de Ellen vaya en dirección al vampiro.
Ya han pasado 93 años desde el estreno de Nosferatu, y el cine de terror ha cambiado notablemente. Su valor hoy en día no parece ser más que histórico, una película que se ve por curiosidad. La película es blanco y negro, tal como la vi en youtube. Véanla de noche porque en la oscuridad, frente a la pantalla, se puede ver un juego de luces y sombras sumamente escalofriante. La película es muda, cada expresión vale para poner en marcha el instinto del espectador y avisarle del peligro que se aproxima.

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