Relato para leer en la noche

Autor: Hugo Merino López

Ya son las dos de la mañana y no puedo dormir. Qué será de las demás personas en el mundo mientras yo estoy recostado en mi cama. Qué estará viviendo alguna persona al otro lado del mundo… estará desayunando, o tal vez trabajando mientras escucha música, sí… tal vez en alguna parte del mundo alguien esté escuchando alguna canción. Recuerdo que hace poco yo estaba escuchando una canción de Three souls in my mind, en la que el cantante exige otro Avándaro, bueno, Alex Lora en varias canciones suele hablar de Avándaro; nunca antes había pensado mucho en aquel evento. Ya había oído antes a algunas personas referirse a aquello como un hito en la historia, si no de la humanidad por lo menos de la música. Aquella vez pensé “¡y a mí qué!”, una expresión que vino desde los impulsos más básicos de mi persona, un chico del siglo XXI. Siempre es bueno empezar a cavilar desde las apariencias, luego tratar de regresar a ellas si se puede.


11 y 12 de septiembre de 1971, fueron las fechas programadas para El festival de rock y ruedas Avándaro, el mayor concierto de rock de México. Con motivo de una carrera de autos se organizó una fiesta protagonizada por grupos de rock, que eran parte de un movimiento que llamamos “la onda chicana”. El chiste era que fuera como Woodstock, pero mexicano, en el asentamiento de Tenantongo, Estado de México, cerca del Valle de Bravo.

          Lo que se tenía planeado era una fiesta, y no más. Se dice que los organizadores tenían en mente a Javier Bátiz y La Revolución de Emiliano Zapata, pero el entusiasmo y una que otra ocurrencia, dieron paso a que, en lugar de los anteriores, fueran 12 grupos los que actuarían desde la noche del sábado 11 hasta la mañana del 12 de septiembre.

          Hubo tal exaltación por el festival que se vendieron los 75 mil boletos a 25 pesos por choya. Unos días antes de la fecha, hubo una verdadera peregrinación de jóvenes al evento. No importaba cómo ni a qué costo (supongo que a muchos les habrán dado una dosis de cinturonazos o con lo que reprendieran a sus hijos los padres de la época). Sea como haya sido, se dice que acudieron alrededor de 300 mil chavos, hasta se dice que por ese número de asistente tuvieron que suspender la carrera. Aparecieron, Los Dug Dug’s, El Epílogo, La División del Norte, Tequila, Peace & Love, El Ritual, Los Yaki, Bandido, Tinta Blanca, El Amor y Three Souls in My Mind, cuentan que Love Army se quedó en la carretera, camino al festival, y no pudo llegar, a pesar de ello, se comenta popularmente que se la pasaron “de poca madre”.

          Parece que las autoridades, de aquella época, con antecedentes de represión y desapariciones forzadas entre “Tlatelolco”, “el halconazo” y “la guerra sucia”, ante la posibilidad de que pudiese ocurrir una incitación masiva contra el régimen, por coros que gritaban “mariguana” y “tenemos el poder”, llevaron la situación más lejos de lo que la mayoría, tal vez, pensaba. Los tabloides, sin duda al servicio de políticos pesados, se dedicaron a satanizar el evento y el estilo de  “sexo, drogas y rock and roll”.

          Hay gente “especial”, que siempre dice que no tengo qué opinar al respecto, ya que, ni siquiera estuve ahí. En cierta medida es cierto, solo he tenido acceso a aquel evento porque escuche algo de ello, luego vi videos y documentales en youtube, lo cual no es tan emocionante desde una silla frente a la computadora, finalmente, traté de leer algo al respecto, pero ciertamente resulta bastante aburrido. Y… ¿Qué puede opinar mi generación, que no estuvo ahí? Bueno… a aquellos que fueron y que no me permiten opinar, les digo: ¡y qué importancia tiene aquella generación que asistió a aquel escenario!, pues desde acá todo aquello parece simplemente como algo que por una u otra situación, simplemente “se les salió de las manos”.

          Además de qué sirve la historia si no la interpreto, aunque sea tímidamente.  Ya que bien puedo exigir una especie de herencia por parte de las generaciones anteriores, algo así como una pista que me indique de cierta forma que su existencia no fue un desperdicio. O bien pudiera ser que no espere nada de generaciones anteriores y que ni me importe, que incluso tenga cierto desprecio por el recuerdo histórico. Si de verdad la historia los ha compensado convirtiéndolos en una leyenda digna de ser contada, ¿aquella generación fue justa con la historia y la generación actual? ¿De verdad merecen la importancia histórica que se les ha dado?

          ¿Desde dónde veo Avándaro?... Desde lo que hubiera yo hubiera sido: una generación que solo quería escuchar música. ¿Importancia de aquella tocada?... no lo sé, tal vez aquellos chavos no esperaban otra cosa más que ir a cotorrear un rato. Me pregunto si ellos estarán sorprendidos de la importancia casi mítica que con el paso de los años logró aquel evento, ya que, conforme sucedieron las cosas, a lo mucho su reputación parece producto de las mismas autoridades que, por una paranoica sensación de subversión, ayudaron a que tuviera una “importancia” en la historia de la represión o política o de la historia del rock mexicano. Sea como sea, los poseedores de cargos políticos, lograron su cometido: hacer que lo prohibido fuera divertido. Creo que en uno de esos documentales que vi, un tipo, que al parecer había asistido, dijo que el rock de aquella época era especial porque era político. Creo que se lo sacó de la bolsa para las cámaras, a mí me parece que casi todas las actividades del hombre tienen una relación más o menos estrecha con la “política”, por lo cual también son políticas y no parecen ser muy especiales.

          Los organizadores, las bandas y los asistentes no sabían la magnitud que aquello tendría, para los que estuvieron y para los que no estuvieron. Si de verdad las expectativas fueron rebasadas, ¿qué habrá sido de los chicos de la generación de “la onda chicana”?... tal vez he cruzado el camino con alguno de ellos sin haberme dado cuenta. ¿Qué habrán hecho en aquellos tiempos y qué estarán haciendo ahora?

   BUENO, YA NADA DE ESO IMPORTA, YA ES HORA DE DORMIR Y… Y… OLVIDAR LO QUE SUCEDIÓ…. ESTE… ESTE… ESTEESTE DÍA

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