Mundos Paralelos

Autor: Hugo Merino López

Estoy muy asustado, nada podría ser más extraño, hace una semana estaba bien, pero ahora… no supe si debía contárselo a alguien, ni siquiera a mi mejor amigo, por eso decidí enviárselo a esta revista.

Los hechos comenzaron el lunes de la semana pasada por la noche, como los últimos meses, he estado desvelándome, mi trabajo siempre ha sido muy estresante. Estudié la carrera de letras en la universidad, pero siguiendo mi instinto y una que otra decisión mala, terminé con un trabajo común y corriente, pagan lo suficiente para vivir y creía que estaba a gusto, hasta hace unos días.


Toda la semana debo ir a trabajar, el día no comienza mal, por el horario de mi trabajo no tengo necesidad de levantarme muy temprano. Sin embargo, últimamente, lo que se me ha hecho más insoportable ha sido el transporte, caminar 5 minutos hasta la estación de metro más cercana, bajar las escaleras entre montones de gente, meter mi boleto y luego tratar de ingresar entre toda esa gente, todos agotados, ese sonido cuando se cierran las puertas es simplemente irritante. Lo único que hacia soportable aquella rutina, era la rutina de escuchar música durante el viaje, me hace sentir mejor. En fin todas estas semanas me ha parecido insoportable. Aclaro, no sé si es el estrés de estos últimos meses lo que me está volviendo loco.


No fue sino hasta aquel lunes que todo comenzó. Regresé del trabajo, sólo deseando comer algo y después abrir mi computadora para escribir algo, retomar mi intento de ser escritor. De haber tenido un presentimiento de lo que sucedería, no hubiera regresado a casa. Abrí la puerta e ingrese a la casa, prendí la luz para ver mi camino a la cocina; la puerta de la calle está ubicada al final de un largo pasillo que mira en el otro extremo a la sala, la cocina se encuentra a un costado del mismo pasillo. El interruptor está justo junto al marco de la puerta, para que puedas prender las luces antes de entrar, apenas metí un pie en la puerta de la cocina, cuando, por el rabillo del ojo, noté un movimiento en la sala, voltee en seguida para ver qué fue eso, y debo admitir que nunca he sido muy valiente, por lo que, de un salto, entré a la cocina; sólo asome un ojo por el marco de la puerta, pensé que era un ladrón y que seguramente ya sabía que yo estaba en la casa, tal vez se asustaría también y huiría por las escaleras. Permanecí un par de minutos en mi lugar sin escuchar o ver algo, así que decidí salir. Caminé con precaución a la sala, la luz de las lámparas entra por las ventanas, pero aun así prendí la luz; todo parecía intacto, como lo había dejado al salir, incluso mi teléfono estaba en el lugar que lo dejé, rápidamente lo tomé y marqué a la policía, aunque no contestaban, marqué de nuevo, mientras hacía esto, me acerqué a la entrada del pasillo y estaba pendiente de las escaleras, para, en caso de que alguien bajará, salir corriendo inmediatamente. No fue necesario correr, nadie bajó, cuando al fin me contestaron en la policía, una mujer ronca me dio el speech correspondiente, le dije del movimiento que noté en la casa y pedí una patrulla pues tal vez el ladrón seguía en la parte de arriba; la mujer, sin pedirme la dirección, dijo que la mandaría y enseguida colgó. Atónito, entre en la cocina y cerré la puerta. No supe cuándo me quedé dormido.

Cuando desperté, estaba adolorido, pues había dormido en una silla, parecía que había pasado un buen rato y aunque no soy genio, pensé que la policía no llegaría nunca. Miré el teléfono, pasaban ya las 5 de la mañana, pensé entonces que el ladrón ya debía haberse ido. Salí de la cocina, vi que la puerta de la calle no estaba abierta y tampoco había señales de que alguien más estuviera en casa. Decidí subir e investigar un poco en mi dormitorio, no había señales de que alguien estuviera allí, revise por todo rincón y nada, todo estaba como yo lo había dejado y no parecía faltar algo. Al ver esto, pensé que fue una tontería todo lo de esconderme y llamar a la policía, me avergoncé de mi cobardía y hasta me reí un poco. Me fui a acostar y olvidar lo sucedido.

Me despertó la luz de la mañana, tenía mucha hambre, prendí la tele y decidí bañarme para después comer algo. Pensé que lo de la noche fue estúpido y que me estaba volviendo paranoico. Continúe mi día normal, no le conté a nadie de lo sucedido, al final del día regresé a casa como de costumbre. No tenía hambre y estaba algo agotado, decidí ver televisión en la sala. Entonces, sucedió algo que no sé explicar exactamente: sentí que alguien además de mí estaba en casa, era un sentimiento raro y me quede petrificado. Este sentimiento venía de la nada, y me dejaba de este modo, no puedo decir que asustado, pero sí nervioso. Voltee detrás de mí, pero igual que la vez pasada, no vi nada. Tuve un impulso de valor y decidí mandar todo al diablo, me paré firme y decidí explorar la casa y averiguar si de verdad había alguien más conmigo, mi repentino valor se fue al carajo cuando voltee al televisor y vi el contorno de una figura transparente… parecía el de una persona. Nada podía ser más extraño, ¿qué podía ser aquello? ¿Un truco de alguien que quería asustarme? ¿Pero quién querría y se molestaría en hacer tal cosa? ¿Cómo lo haría? O acaso ¿Existen los fantasmas? Sin duda era la figura de una persona lo que estaba frente a mí, creí que el cansancio me había afectado. Me talle los ojos con el antebrazo y después de unos instantes la alucinación desapareció. Esa noche solo me fui a dormir. El resto de la semana, no volví a ver algo parecido, así es que lo dejé pasar como un suceso extraño, sin importancia y hasta gracioso. No se lo conté a nadie, tal vez lo contaría en alguna borrachera. Sin embargo, a partir de ese día, las cosas han ido empeorando…

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